El fin de
este año 2022 está muy cerca, periodo que se caracterizó por la adaptación
a una nueva etapa en la que la prueba y error fueron parte de la
implementación del trabajo híbrido. Principalmente, por el interés de las
compañías en que sus colaboradores se reincorporarán paulatinamente y de
manera segura a sus puestos de trabajo, conforme la situación lo
permitiera.
Han
sido doce meses de aprendizaje, que trajeron consigo la oportunidad de que
las empresas analizaran y valoraran la importancia del bienestar de sus
empleados. Por lo que el próximo año 2023 será el momento ideal para
implementar el “Smart Working”, es decir, una innovadora manera de trabajar
que integre todo lo recientemente aprendido al interior de las áreas de
Recursos Humanos.
Es
una realidad que la forma de trabajar cambió por completo. Los
profesionales pasaron de las tradicionales jornadas laborales en la
oficina, al trabajo a distancia, y, posteriormente, al trabajo híbrido.
Ahora, es la ocasión de enfocarse en establecer los lineamientos que
justifiquen y den sentido cuando de decidir el trabajo presencial y a
distancia se trate. Es decir, no solo ofrecer el trabajo híbrido como uno
más de los beneficios de una propuesta de valor para el empleado, sino como
una estrategia de Smart Working, en pro de la productividad de la empresa y
de la mejora de la experiencia y bienestar del empleado.
Hablar
de “Smart Working” implica que las organizaciones contemplen una fórmula de
gestión que reúna flexibilidad laboral, trabajo en equipo y nuevas
tecnologías para alcanzar un rendimiento sostenible, aunque los equipos
estén deslocalizados.
Para
Cegid
América Latina, la marca de soluciones cloud de Nómina, Gestión
del Talento y del Tiempo, las siguientes son algunas consideraciones que
los responsables de RR.HH. deberán tener en cuenta al diseñar una
estrategia de Smart Working:
· Tecnología:
con herramientas que permitan un adecuado trabajo
desde cualquier puesto y ubicación.
· Canales
de Comunicación: para interactuar vertical y horizontalmente. Que
los empleados tengan claro cómo y qué canal usar dependiendo del momento y
la necesidad.
· Flexibilidad:
no enfocarse en el horario, sino en el desempeño.
Siempre apegados a la normativa, mediante el registro de jornadas, horas
extra y el derecho a la desconexión.
¿Cómo
lograrlo juntos?
· Estableciendo
objetivos y tareas a alcanzar.
· Analizando
las tareas, separando las que necesitan presencialidad.
· Estableciendo
horarios máximos y mínimos, en función de las necesidades del puesto de
trabajo.
· Adaptando
los entornos físicos de las oficinas, haciéndolos lo más acogedores posible.
· Escuchando
a los colaboradores para ajustar la estrategia, en el caso de ser
necesario.
La
implementación del Smart Working, en conjunto con la retribución, el
desarrollo y formación, indudablemente contribuirá a mejorar la
experiencia, retención y fidelización del talento, en una época en la que
el bienestar emocional, mental, físico, social y financiero del empleado
debe ser el contexto natural de toda organización.
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