Por: Luis Luján
Cardenas, sociólogo y periodista
Ver el fondo y no solo la forma de las cosas, nos permite ampliar el conocimiento y tener mejores juicios. A muchos les sorprenderá y dirán que exagero si afirmo que el futuro del planeta depende en mucho de los resultados electorales en los Estados Unidos. Y es por su implicancia en el tema del cuidado y conservación del medio ambiente.
Si
es reelegido el actual mandatario, Donald Trump, del Partido Republicano, las
cosas empeorarán; si gana el candidato Joe Biden, del Partido Demócrata, habría
muchos cambios importantes que aliviarían y/o paliarían la contaminación y el
efecto invernadero mundial.
Es
reconocido por los científicos sociales que el gran país del norte de América
es el segundo mayor contaminante con los gases de efecto invernadero, después
de China que le duplica en emisiones,
debido a la carrera industrial por la supremacía y el poder mundial. Ambos
envenenan la atmósfera en un 45% por el masivo uso del petróleo, el carbón, el
gas y los combustibles fósiles, letales para la humanidad y la biodiversidad, y
aceleradores del cambio climático.
Como
es de conocimiento público, Trump –pese a la evidencia científica- no cree en
el cambio climático. Lo calificó de “un cuento chino”, y desde que inició su
mandato fue deshaciendo los logros de Obama, como las regulaciones climáticas
de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), incluyendo el Plan de Energía
Limpia para reducir las emisiones de las centrales eléctricas, y se retiró del histórico acuerdo de París,
para enfrentar globalmente los efectos del cambio climático. Su ignorancia e
ironía llegó al límite de decir que a Estados Unidos le iría bien “un poco” de
calentamiento global para combatir las bajas temperaturas que aquejan a algunas
regiones estadounidenses.
Trump dijo en su primer debate presidencial: “Construimos la economía más grande de la Tierra que no podemos cerrar. Estamos en auge económico (…) quiero que el aire sea más limpio y el agua sea más cristalina. Si uno ve nuestras cifras (económicas), nos está yendo muy bien. No hemos destruido nuestros comercios, nuestros negocios, están allí. Si uno ve el Acuerdo de París, era un desastre, desde nuestro punto de vista; y las personas están muy felices con lo que está pasando, porque a nuestras empresas les está yendo muy bien”.
En
su primer debate con Biden, dijo sobre los incendios forestales ocurridos en varios
puntos del país, sostuvo: “uno necesita administración, con esto. El suelo de
los bosques están llenos de árboles muertos y hojas secas, y uno deja un
cigarrillo y puede generar un gran incendio. Hay que tener administración de
los bosques”.
Al
preguntarle a Trump: ¿Ud cree que la
contaminación humana y la emisión de carbono y el efectos invernadero
contribuyen al calentamiento global?
En
cierta medida sí, pero creo que tenemos que gestionar mejor nuestros bosques.
Todos los años recibo la llamada: ‘California se está quemando’. Si eso fuese
algo bien gestionado desde el punto de vista forestal, no habría esas llamadas.
En Europa ellos tienen incendios forestales, mantienen, gestionan sus bosques.
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Si Ud. Cree en la ciencia del cambio
climático, ¿por qué ha cambiado el plan
de energía limpia que elimina las emisiones de carbono de las usinas?
Porque estaba
incrementando muchísimo los precios de
la energía.
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Por qué también relajo las normas para
la economía de los combustibles si está creando más contaminación de los
automóviles y camiones?
No
es así, realmente. Lo que sucede es que el uso de los automóviles es mucho más
barato y seguro (…) apoyo e incentivo el uso de los autos eléctricos.
A
su turno, el moderador del debate le expresó al candidato demócrata Joe Biden: “Quiero que responda al historial del
cambio climático del presidente. Usted, ofrece dos millones de empleos a favor
del ambiente, habla de límites de perforación petrolera, de cero de emisiones
netas de emisión carbono para el al 2050…
El
aspirante a la Casa Blanca, contestó: “No es verdad. Primero, con la ley de
recuperación reducimos el coste de energía renovable que fuera tan barata como
el gas, carbón y petróleo; nadie va a instalar una nueva fábrica de carbón en
Estados Unidos. Dos, vamos a conseguir que la flota federal de vehículos sean
eléctricos con 1,500 puesto de carga. Vamos a establecer una economía que va a
tener la capacidad de tener edificios con instalaciones que emitan menos emisión de gas; podemos emitir cero de
energía al 2035 y eso no va a destruir empleos, sino generar millones de puestos de trabajo, no
con 15 dólares la hora, sino con sueldos justos y con una nueva infraestructura
de hecho verde; con medio ambiente más limpio.
Habrá
una economía más segura. Lo primero que haré será reunirme con el acuerdo de
París, porque se está desmoronando; tenemos que volver al acuerdo de Paris.
Biden
criticó a Trump por la falta de relaciones exteriores con Brasil, proponiendo
que es necesario reunir a los países y motivarlos a dar 20 mil millones de
dólares, para que dejen de destruir la
selva amazónica, y si no lo hacen “habrá consecuencias económicas”.
Como
vemos, hay diferencias sustanciales entre los dos contendores electorales.
Trump insiste en no darle importancia a la gran contaminación que produce los
Estados Unidos y su efecto en el calentamiento del planeta, agravando el cambio
climático. Si se amplía su gobierno por otro período de cuatro años, será muy
difícil reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mantener por
debajo –en el presente siglo- los dos grados en el aumento de la temperatura
mundial, proceso que se ha acelerado desde la era industrial.
Recordemos
que cuando Obama era presidente y Biden vicepresidente, había un compromiso de
reducir estos gases en un 28% por debajo de los niveles de 2005 para el año
2025, intención que Trump ha traído por los suelos, no solo porque no cree –o
no quiere creer sobre el calentamiento global- sino también a otros múltiples
factores, como la competencia económica con China y el mantenimiento de su
liderazgo, poder y hegemonismo económico y político mundial, donde el medio
ambiente es un tema irrelevante, al igual que la salud global, incluido el Covid
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