El objetivo de apoyo de parte del Ministerio del Ambiente, que brinda asistencia técnica a la Municipalidad distrital de Elias Soplin Vargas (San Martín) es con el fin de implementar diversas estrategias con el fin de mantener la conservación en la naciente del río Tio Yacu.
Para este objetivo es que se firmará de mutuo acuerdo un convenio para aplicar el Mecanismo de Retribución por Servicios Ecosistémicos (Merese) en la modalidad de Turismo y Recreación, convirtiéndose así, en la segunda experiencia de este tipo en el país, tras el exitoso proyecto en la catarata Ahuashiyacu.
El director general de Economía y Financiamiento Ambiental del Minam, Elvis García, informó que se coordina con la Autoridad Regional Ambiental de San Martín y autoridades locales para concretar esta iniciativa, la cual busca beneficiar a más de 200 mil turistas al año y fortalecer la gestión ambiental local.
Los recursos obtenidos mediante el Merese, permitirá la financiación acciones de conservación en la cuenca alta del río Tio Yacu, asegurando la protección de los recursos hídricos y la biodiversidad de la región. Esta acción se enmarca en la Ley N.º 30215, que promueve el Minam.
Cabe señalar que San Martín, lidera la implementación de los Merese a nivel nacional, con cuatro proyectos activos: tres orientados a la regulación hídrica y uno que es netamente de recreación y turismo en la catarata Ahuashiyacu. Estos suman cerca de 2.200 hectáreas conservadas y se proyectan a más de 24.000 hectáreas protegidas para el 2027.
Catarata Mística que tiene su leyenda
Ahuashiyacu es una palabra en quechua que puede traducirse como agua que ríe o agua cantarina. La catarata está asociada a una leyenda de los pobladores de la región.
Dicha leyenda cuenta la historia del jefe de una tribu que tuvo una hija cuya belleza era inigualable. Temeroso de los muchachos jóvenes de la tribu, receloso de que alguno de ellos la quisiese desposar, encargó al brujo de la comunidad que transformase a su hija en agua para poderla tener de este modo siempre consigo.
Sin embargo, afligido por el encargo que se le demandaba, el brujo finalmente concedió realizarlo, pero en honor a la belleza de la joven decidió convertirla en la actual catarata de ahuashiyacu para que mediante esta prevaleciera su belleza y trajese alegría a la gente.
Pese a ello hay otra parte que cuenta lo siguiente
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