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¿POR QUÉ SUFRIMOS DE ESTRÉS HÍDRICO SI TENEMOS TANTA AGUA?

 


Perú es el octavo país con más agua en el mundo, pero soporta un nivel medio alto de estrés, según el Instituto de los Recursos Mundiales (WRI). ¿A qué se debe? La Autoridad Nacional del Agua (ANA) acaba de cumplir el 13 de marzo 13 años de vida institucional, ¿qué retos y desafíos enfrentan sus nuevas autoridades de transición?, y ¿qué el nuevo gobierno que saldrá elegido este 11 de abril?



Las causas son muchas, pero creo que el principal error ―a sabiendas o no― de la gestión del agua es el de hacerlo sin la ayuda de la ciencia. Sin investigación y tecnología nunca lograremos administrar con eficiencia y eficacia ―y con sentido humano y ambiental―, las fuentes naturales de agua y los servicios ecosistémicos que brinda a nuestra sociedad.


Nuestro país además posee una geografía agreste y difícil, donde la mayor cantidad de agua ―y recursos naturales― se concentra en la Amazonía y la sierra, contradictoriamente los lugares menos poblados, más pobres y carentes de servicios básicos. La costa solo registra 1.8% del agua, pero concentra grandes ciudades que crecen caóticamente y concentran el 70% de la población. Solo Lima alberga 10 millones de habitantes debido a una constante inmigración interna y externa, y monopoliza la mayor actividad económica, industrial y financiera, además del control político debido a una frustrada descentralización gubernamental.



Esta gran problemática social que gira en torno al agua se agrava por la falta de voluntad política de crear grandes obras hidráulicas, que abastezcan la demanda de más de 30 millones de peruanos, una tercera parte de ellos sin el servicio de agua y saneamiento.


Sumamos a esto la superposición de funciones de varias entidades del Estado relacionadas con la gestión del agua (ANA, SUNAS, Ministerios de Vivienda, Agricultura y Riego, del Ambiente, de Salud, de Relaciones Exteriores, SEDAPAL, OTASS, EPS, JAS, gobiernos locales, etc.; el enmarañado marco jurídico, corrupción,  incapacidad profesional especializada, alta rotación de funcionarios, nula inexistente meritocracia, carencia de educación y cultura ecológica, escaza participación de la mujer, ignorancia de la multiculturalidad y el conocimiento ancestral, entre otras falencias que complejizan la gestión del agua.


Hay un dicho hindú que dice: “el que cabalga un tigre, no ha de dejar de cabalgar”. Esperamos un gobierno que se digne y tenga la valentía de cabalgar ese tigre.


Por: Luis Luján Cárdenas, sociólogo


 

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