Pero la tradición migró y se extendió a todos los rincones del país y ahora las personas buscan a Venuca para que le hagan trabajos personalizados. Hace tablas de Sarhua de diferentes tamaños y precios. Una puede medir entre 70 centímetros de alto y 13 de ancho. La idea es contarle la historia que se quiere plasmar y ella, con su arte, lo traduce en la tabla con dibujos hechos a manos y con la estética sarhuína.
Pero en esta oportunidad, serán las propias familias quienes creen, dibujen y pinten, su propia tabla de Sarhua, sus costumbres, sus actividades, vivencias que han tenido, los personajes que en la vida de esa familia intervienen, hasta los animalitos, celebraciones, paseos, viajes, etc se plasma todas esas vivencias en estas tablas .
Ella mantiene la antigua tradición de pintar con plumas de aves sobre la madera recién pulida. Lo hace con pintura natural, tal como aprendió de don Primitivo.
“Es hija de sarhuina que nació en la ciudad, pero a pesar de estar en la ciudad no olvido sus raíces y trata de unir estas dos culturas para mostrar su pintura”, nos comenta esta gran artista, que en el periodo más crudo de la pandemia y en la etapa más estricta de la cuarentena sobrevivió pintando mascarillas con motivos sarhuinos. Las ahora famosas mascarillas de Sarhua.
Con su trabajo, Venuca se ha hecho ganadora del Premio ICPNA de Arte Contemporáneo 2020. Su trabajo la ha llevado a Brasil, Florida e incluso ha participado en diversas exposiciones en la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut, EEUU.
Sus tablas transmiten mucho, de lo que realmente quieran expresar. Su arte desprende una luz propia que nos hace reaccionar, reflexionar e interpelar nuestra realidad. Es una emprendedora del arte.
Será una experiencia muy interesante, bonita donde todos los miembros de las familias que participen plasmarán en esas tablas.
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