El informe contiene ejemplos de toda la región de Asia y el Pacífico, al tiempo que muestra las principales tendencias en el uso de big data en el turismo, a la vanguardia de la tecnología y la innovación. El informe también deja claro el papel que pueden desempeñar los big data en la recuperación y la medición de las dimensiones económica, social y medioambiental del turismo.
Los datos refuerzan la capacidad de tomar decisiones
El turismo sufrió en 2020 la mayor crisis de la historia. Las llegadas internacionales cayeron un 73% en 2020. En 2021, es probable que la caída sea del 70% y del 75% respecto a los niveles de 2019. Mientras el sector trata de recuperarse, los datos y la inteligencia de mercados resultan fundamentales para mejorar la preparación de los destinos, las empresas y los trabajadores del sector turístico en un panorama en constante evolución. La pandemia de COVID-19 también ha acelerado el cambio hacia la digitalización y, por tanto, ha puesto de manifiesto la necesidad de disponer de inteligencia y de datos relevantes y fiables para gestionar el turismo.
El informe conjunto de la OMT y el BAD ayudará tanto a los gobiernos como al sector privado a complementar las estadísticas oficiales con big data y comprender mejor los cambios en el comportamiento de los consumidores y mejorar la recuperación con productos, segmentos y mercados más definidos. El big data también será clave para apoyar los viajes fluidos mediante la aplicación de protocolos de seguridad, tecnologías de bioseguridad y certificados sanitarios digitales que permitan la reapertura segura de las fronteras.
El informe aborda además algunos de los principales retos que impiden aprovechar plenamente el potencial de los big data y la digitalización para mejorar la política turística. Entre ellos se encuentran la preocupación constante por la privacidad, las carencias en cuanto a competencias, la fiabilidad de los datos, la inadecuación de la gobernanza y la infraestructura, la brecha digital y las barreras de accesibilidad. Estos retos hacen patente la necesidad de una agenda global que allane el camino para el uso eficaz de los big data con el fin de ayudar a la recuperación del turismo y a su transformación en un sector más ecológico y resiliente. Juntos, la OMT y el BAD trabajarán para garantizar que las políticas turísticas de toda la región estén orientadas a establecer sistemas y marcos de medición, seguimiento y gestión, garantizando así datos e indicadores armonizados, comparables y fiables.
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